Las puntas de sus dedos estaban entumecidas, la sangre poco a poco comenzaba a drenarse de sus extremidades, y escapaba por las heridas que habían dejado las puñaladas que le acaban de propinar. Despojada de sus pertenencias, que duras penas podían considerarse valiosas, la joven que acaba de volver al liceo para cursar su último año de bachillerato yacía a un metro y 35 cm de un botadero de basura, a pocas cuadras de su casa. Sentía una presión en su cabeza y su corazón estaba trabajando a varias veces su velocidad normal, la ironía que sienten muchos antes de morir, que justo momentos antes
Soy un estudioso de las pasiones humanas. Un aprendíz de la naturaleza de los hombres y mujeres; de los secretos mecanismos que desde lo más profundo de sus seres dan forma a sus acciones, a sus respuestas concientes e inconcientes ante la vida propia y la ajena.
En cuanto a mis herramientas de trabajo, ocupo la palabra escrita y dialogada. La palabra que inquiere, la palabra que exhorta a desgranar las vivencias del pasado. Las que han precedido y dado forma al presente proyectándose desde el ayer. Algo parecido al psicoanálisis pero sin sus rigurosos formalismos. He de dejar al ser campar a sus anchas; deslenguarse
Me desgarro (una y otra vez) by Reigkye, literature
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Me desgarro (una y otra vez)
No apago la música para no escuchar el eco de mis pensamientos. Mi mente no es un lugar seguro. Y si se hace el silencio, vuelve el pitido sordo que sigue a la explosión. Respiro, inspiro, espiro. Sigo viva, y en mis oídos la ausencia de sonido suena como el monitor en la cama de un hospital; el de un paciente cuyo corazón, al perder el ritmo, prefiere el desfibrilador antes que el marcapasos.
Necesito que la sangre hierva y mi cerebro lata al ritmo del bombeo de golpes de ira y remordimientos. La rutina, la padezco; de la guerra vivo; la calma, la añoro; y la única paz que me tranquiliza es la que reina cuando
Anima Astrum: El romano by noisulivone, literature
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Anima Astrum: El romano
Anima Astrum
Nacer, vivir y morir.
Mi vida, tu vida, la vida de todos, se encuentran conectadas como hilos de un gigantesco telar, manipulado al gusto de insípidas Nornas indiferentes al amor y los sueños. El sol y la luna, como astros en el cielo, testigos mudos de la vida simple de los mortales pero separados por la bóveda celeste de compartir su devoción por el otro, son víctimas del tejido de la existencia; cuya pasión condenó su mortalidad, otorgándoles cuerpos decadentes y nombres comunes. Almas gemelas condenadas a vagar por la tierra de los humanos, rencontrándose una y otra vez en un jue
Me parece que este chisme se averió. ¿Tú también lo habías notado? Es verdad, nunca fue la gran cosa, pero no se puede negar que cumplía con lo que estaba programado para hacer. De vez en cuando se trababa o daba algún error, pero al final eso no afectaba su desempeño general. De que hacía las cosas, las hacía. Es decir, tenía que hacerlas. Esa era precisamente la gracia de ese modelo: siempre hacía lo que se suponía que debía hacer, decía lo que suponía que debía decir y se callaba lo que tenía que callarse. El programa está tan profundamente incru
El despertador suena y solo atinas a apagarlo tras palpar toda la mesita con tus manos sudorosas con los ojos pegados por las legañas. Cuando despiertas de este modo eres incapaz de recordar tu propio nombre hasta pasados unos minutos, sin embargo, hoy sonríes ampliamente, poniendo los pies desnudos sobre tu peluda y suave alfombra. Hoy, al fin hoy, vas a ser lo que siempre deseaste ser.
Te vistes con unos tejanos oscuros y una camiseta amarilla de media manga, es simple pero siempre te gustó ese color, siempre te hizo feliz. Y hoy, hoy que es especial, debes llevar algo que muestre lo que sientes.
Te peinas y lavas los dien
“Ya empieza, ya empieza, saca el móvil” – le susurra una mujer ojiplática a su marido con gran expectación.
Las pantallas se alzan como armas apuntando a la figura inocente de un pobre hombre, que se defiende como buenamente puede con un altavoz:
- Estáis todos locos, enfermos. La sociedad de consumo nos convierte en meros sujetos vacíos de contenido. Hipotecáis vuestra vida a déspotas. A empresarios carroñeros que se alimentan de los tuétanos de vuestra falta de pensamiento crítico. A una élite política que se sustenta a lomos de una espalda escoliótica de do
Lamentos del verano tardío
Abrió el ventanal del cuarto al sentir la primera gota de lluvia besar con la avidez de un amante añorado la tierra reseca del recuerdo de sus labios libertinos, y hechizada por el sofocante gris del cielo de tarde de verano tardío dejó su mente acompañar las nubes en su imparable llanto de mujer desconsolada, y sintió cómo sus penas se mezclaban con el agua que caía a raudales empapándola en caricias húmedas y cómo la tormenta se desataba en su corazón encapotado arrastrando los lutos de amores no correspondidos por los surcos marchitos de tantas y t
Despertó por el ominoso ruido del silencio: a su alrededor se había instalado una tensa quietud. Mal augurio si hasta las olas callaban en su incesante arremeter contra el acantilado, atentas a su suerte. La había encontrado. No podía verlo aunque la luna luciera alta en el cielo despejado, pero toda la colina se estremecía ante su presencia. Estaba arrinconada: había jugado su última carta, y había perdido. Retrocedió hacia el abismo vigilando el bosque.
Sólo atisbó su sonrisa de tres hileras de dientes un instante furtivo; encaró el cielo roto a sus pies, abrazó a la muerte y